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. Desde luego.Pero los hieros modificaron su propia forma, y para que pudiramosseguirlos, tambin la nuestra. Sieur. Pregunta.Se acerca tu juicio final, y no puede ser justo.Si hay alguna reparación anuestro alcance, la haremos.Ahora o despus.Esas palabras me helaron el corazón; a mis espaldas, los que ocupaban los bancosmurmuraron: aunque no saba quines eran, o sus voces como un susurro de hojas enun bosque. Es una pregunta absurda, sieur  dije, cuando logr recuperar la voz.Pero unavez o dos cuentos sobre seres que cambiaban de forma, y en uno de ellos un ngel, y creo que vos, sieur, sois un ngel as, se abra el pecho y le pasaba el poder de cambiarde forma a un ganso de corral.Y el ganso lo usaba en seguida y se transformaba parasiempre en un veloz ganso volador.Anoche lady Apheta dijo que quiz yo no vaya acojear siempre.Sieur, aquel hombre, Melito, fue enviado a contarme esa historia?En las comisuras de los labios de Tzadkiel apareció una sonrisita, que me recordó laforma en que me sonrea Zak. Quin puede decirlo? Yo no lo envi.Has de comprender que cuando una verdades conocida, por tanta gente y desde hace tantos eones, se propaga por todas partes,cambia y adopta muchas formas.Pero si lo que ests pidiendo es que te traspase mifacultad, no puedo.Si pudiramos se la daramos a nuestros hijos.T los has conocido, ytodava son prisioneros de la forma que muestras t ahora.Tienes alguna otra preguntaantes de que procedamos? S, sieur.Mil.Pero si se me permite una sola, por qu subisteis a la nave? Deseaba conocerte.Cuando eras pequeo en tu mundo, nunca te hincaste ante elConciliador?  En el da de Santa Catalina, sieur. Y creas en l? Lo creas deveras? No, sieur. Sent que estaba a punto de ser castigado por descredo, y an hoy nos si fue as o no. Imagina que hubieras credo.Nunca conociste a algn otro creyentede tu edad? Los acólitos, sieur.Al menos eso se deca entre nosotros, los aprendices detorturadores. No habran deseado caminar con l, si hubiera sido posible? Estar a sulado cuando corriera peligro? Cuidarlo, acaso, cuando se encontrara enfermo? Yo hesido uno de esos acólitos, en una creación ya desaparecida.Tambin en ella haba unConciliador y un Sol Nuevo, aunque no los llambamos as.Pero ahora tenemos que hablar de otra cosa, nosotros dos, y rpido.Tengo muchastareas, algunas ms apremiantes que sta.Djame decirte francamente que te hemosengaado, Severian.Has venido a rendir examen, de modo que te hemos hablado de l eincluso te hemos dicho que este edificio es nuestro Palacio de justicia.Nada de esto escierto.No pude hacer otra cosa que mirarlo. O, si quieres decirlo de otro modo, ya has pasado la prueba, que era un examen delfuturo que crears.El Sol Nuevo eres t.Sers devuelto a Urth, y contigo ir la FuenteBlanca.Los dolores de muerte del mundo que conoces sern ofrecidos al Increado.Ysern indescriptibles: como se ha dicho, zozobrarn continentes enteros.Muchas cosashermosas perecern, y al mismo tiempo la mayor parte de tu raza; pero tu tierra volver anacer.Aunque puedo escribir las palabras que usó, y lo hago, me es imposible reproducir eltono o siquiera un atisbo de la convicción que transmita.Era como si sus pensamientostronaran, despertando en la mente cuadros ms reales que cualquier realidad, de modoque mientras l hablaba yo vea morir los continentes, oa un estruendoso derrumbe degrandes edificios y ola el punzante viento marino de Urth.A mis espaldas se elevó un rumor airado. Sieur  dije.Recuerdo el examen de mi predecesor. Me senta como cuando erael aprendiz ms joven.Tzadkiel asintió. Era necesario que lo rememoraras; por esa razón l fue examinado. Y castrado?  El antiguo Autarca se estremeció dentro de m, y sent que lasmanos me temblaban. S.De lo contrario entre el trono y t se habra interpuesto un nio, y tu Urth habraperecido para siempre.La alternativa era la muerte del nio.Eso habra sido mejor?Yo no poda hablar, pero su mirada pareca pesar en todos los corazones que latanjunto con el mo, y al fin negu con la cabeza.  Ahora debo irme.Mi hijo se ocupar de que te devuelvan a Briah y Urth, que serdestruida cuando t ordenes.La mirada de Tzadkiel me abandonó, y siguindola me volv hacia el pasaje que tenadetrs, donde vi al hombre que nos haba llevado desde la nave.Los marinerosempezaron a levantarse y sacar los cuchillos, pero yo apenas lo notaba [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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